martes, 5 de marzo de 2013

El Ajo y sus propiedades como medicina natural



Ajo (Allium sativum)
Hipotensor. Antiséptico. Anti fúngico

El Ajo y sus propiedades medicinales

Oriundo de Oriente Próximo, se conoce desde tiempos antiguos tanto por servir de condimento en distintas culturas (árabe, griega romana, egipcia) como por sus propiedades para preparar remedios caseros.

La planta de Ajo suele alcanzar una altura cercana a los 50cm de altura y su tallo es como un cilindro completamente recto que solo se curva después de la floración. Sus hojas son finas y planas en la parte baja y poseen nervios paralelos. La conocida cabeza del Ajo, la que conocemos y es la parte útil de la planta, nace de un bulbo subterráneo.

La floración de la planta de Ajo se produce en primavera y en verano y se procede a recolectar el bulbo  en el inicio de la floración.  También podemos indicar que la siembra de los bulbillos se debe hacer en otoño.

Además de ser un excelente condimento para la comida el Ajo tiene propiedades medicinales y  se utiliza como diurético, antiséptico, anti fúngico, hipotensor, hipocolesterolemiante, antiateromatoso, antiagregante plaquetario e hipoglucemiante.  

No se recomienda que personas muy sensibles lo utilicen como medicina natural ya que puede provocar, dependiendo de la dosis que haya consumido, molestias gastrointestinales e inclusive reacciones alérgica.

Debido a que elimina su esencia aceitosa a través del sistema respiratorio, cuenta con propiedades balsámicas y expectorantes que se suman a su propiedad antiséptica. Por esto se ha utizado  en casos de tuberculosis, gangrena pulmonar y tosferina.

Se conoce que antiguamente lo utilizaban como bactericida natural en infecciones, difteria, cólera; además se ha probado que puede ser empleado con éxito para eliminar ciertas especies dañinas del tracto intestinal sin afectar las que son necesarias para su correcto funcionamiento.

Además tiene cualidad rubefaciente aplicada por vía externa y después de ser machacado.
En la actualidad existen preparados en grageas, con doble recubrimiento para evitar malos olores y conseguir así un tratamiento regularizado y constante. Se debe tener cuidado ya que las dosis muy elevadas pueden ocasionar envenenamiento, con vómitos, colapso y convulsiones.

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